Adiós Chuquicamata
Lo que me faltaba.
Estaba tan feliz por la creación de mi blog... que llegué a olvidar la clave para entrar...
Lo maravilloso hoy es que todo problema tecnológico tiene solución, o por lo menos, solución más rápida. Lo único malo es que demoré un año en darme cuenta de cómo gestionarla.
Pienso que mis hijos en ese sentido no van a tener problemas, cada día es más fácil para ellos. Interactúan de manera natural con la tecnología. Definitivament es parte de su cotidianidad.
Comenté en la oficina que mi hijo mayor tenía que dar una disertación de Pedro de Valdivia. Quedaron todos horrorizados porque él tiene tres años. Obviamente quien trabajó más en el montaje y diseño con la cartulina fue la mamá, mientras él se limitaba a llenar sus dedos con silicona líquida y pelear conmigo porque no le pasaba la tijera para recortar las imágenes que tanto me costó conseguir en Internet.
Finalmente, me saqué un 7. Perdón!, mi hijo se sacó un 7.
Anyway, el 31 de Agosto del 2007 será una fecha que todo Chuquicamatino que se precie de tal deberá recordar. Ayer, y luego de 92 años de vida, por estar altamente contaminado y por estorbar el quehacer productivo, el campamento de Chuquicamata cerró sus puertas con una gran fiesta, tal como se debía.
Los Jaivas y La Sonora Palacios (para variar esta última siempre presente), estuvieron a cargo de animar previo al show pirotécnico. Hoy en cambio, fue más melancólico. Un huaso solo, bailó una cueca con la bandera chilena en el centro de un escenario frente al Gimnasio Club Chuqui, donde se habían celebrado todas las Copas Mineras. Cierra el acto un coro cuyas voces entrecortadas cantaban "El Adiós".
Hoy salió en todos los noticieros del país, pero sólo Chilevisión Noticias constató lo que siempre se ha sabido pero nunca comentado: "un lugar que tenía un estilo de vida y una realidad totalmente diferentes al resto del país". Y tal cual, así fue.
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